jueves, 26 de septiembre de 2013

Campaña por la puntualidad basada en el incentivo

¿Qué es un incentivo? Un medio de exhortar a alguien a hacer más algo bueno, y menos algo malo, y es conocido que los humanos nos movemos por incentivos, premios o penalizaciones, pero su uso no tiene por qué dar el resultado esperado. Nuestro colegio ha decidido implantar un sistema de penalización a los padres que llegan tarde a recoger a sus hijos y que consiste en pasarlos al comedor o a las actividades extraescolares del día en cuestión con el consiguiente cobro del servicio.  Hasta este año, el protocolo a seguir en los retrasos consistía en llamar a los padres, y si estos no eran localizados, se llamaba a la policía municipal para hacerse cargo del niño/a (no sé si se ha llevado a cabo este protocolo en algún momento), ¿por qué este cambio este año? ¿por qué en tiempo de crisis se penaliza económicamente el retraso en la recogida de los niños? ¿este proceder es correcto? 

Quiero compartir con vosotros algo al respecto del uso de los incentivos, su uso no es nuevo y en particular el relativo a esta entrada, aún menos. Leyendo un libro relacionado con Economía "Freakonomics" (Steven D. Levitt y Stephen J. Dubner, páginas 29-33) encontré como en una serie de guarderías de Haifa (Israel) unos economistas decidieron aplicar el uso de incentivos para evitar que los padres llegaran con retraso a recoger a los niños, ¿qué hicieron? pues penalizar con 3 dólares/niño a quien llegara más de 10 min tarde esperando que ello disuadiera a los padres con esta mala actitud, ¿qué ocurrió? pues algo muy simple, los padres perdieron el sentimiento de culpa que hasta entonces les corroía al llegar tarde, dejaban a los profesores la “carga” de sus hijos, ya que con la penalización de 3 dólares la culpa desaparecía, es decir, la compraban, y lo peor es que el número de padres que se retrasaban aumentó puesto que el pago del servicio les daba la tranquilidad de “no tener a los profes esperando con sus hijos”. Los economistas al ver que no se corregía el mal hábito de los padres, retiraron la multa pero…. oh sorpresa! el número de padres que llegaban tarde no disminuyó, seguían siendo más que al principio del estudio, el sentimiento de culpa había desaparecido,…..el incentivo había fracasado, y además, había tenido un efecto pernicioso en la actitud, laxitud, de los padres.

Por eso me pregunto ¿beneficia implantar este protocolo?¿esta es la única solución a los retrasos?

Cómo podéis percibir no veo la utilidad educativa de este tipo de acciones ya que los niños no sabrán a qué atenerse, y los padres pueden acabar relajando su actitud dando una mala proyección a los hijos y minusvalorando la puntualidad, y por supuesto, puede acabar cuantificándose económicamente los retrasos, tanto tienes tanto te puedes retrasar, algo que últimamente está de moda en los servicios públicos esenciales (Sanidad, Educación, Justicia,…..), en fin, dejo que cada uno saque sus propias conclusiones. Un saludo 

PD: disuasorio es tener a un municipal esperándote con tu hijo, y ayudar a los profes es firmar la hoja de autorizaciones a otras personas para recoger a tus hijos.

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