Pero qué pasa con la Jornada Continua? Más allá del tema en sí (estoy convencida de que la Jornada Continua no es deseable para los niños), me gustaría intervenir sobre
el hecho de organizar año tras año el mismo ‘referéndum’.
Al llamar nuevamente
a las urnas a los votantes de hace un año sobre el mismo tema, no se añade un
‘plus’ de democracia sino todo lo contrario. Imaginemos que después de las elecciones
legislativas del 2011 el presidente del gobierno en funciones (entonces José
Luis Rodríguez Zapatero) decidiera volver a convocarlas porque el resultado no le
agradaba ya que no otorgaba la victoria al PSOE! Felizmente (cualquiera que sea nuestro
voto, sea para el PP, PSOE o lo que sea), este escenario es inimaginable porque en
España, que sí es una democracia (aunque con matices a veces), hay reglas sobre
la forma y el momento de convocar elecciones. Los Españoles sí podrán volver a elegir a sus representantes, pero cuando toque, en 2015.
No creo que votar a
menudo sea necesariamente la muestra de una democracia de calidad. Aunque el
voto es la condición sine qua non de la democracia, esta va más allá. Para
garantizar que el voto sea libre y respetado, mi opinión es que tiene que estar enmarcado
dentro de reglas que especifiquen su organización (dónde, quién, cómo, cuándo y
¿cómo no? en qué frecuencia!).
Por lo que la
decisión de que tengamos que volver a votar sobre el mismo tema un año después
de haberlo hecho no me parece ni más ni menos que un abuso de poder.
Si realmente quieren consultarnos sobre el tema de la Jornada Continua, sugiero que se fije de
una vez por todas la frecuencia con la que tengamos que ‘decidir’ : sea cada semana
o cada lustro... y que se respete esta frecuencia… Incluso después de que la Jornada Continua haya sido aprobada (que no vayan a dejar de consultarnos en cuanto hayan
obtenido lo que querían!)!
Saludos,
Gaëlle L.